La Fortaleza
del Real Felipe es una edificación militar construida en el siglo XVIII en la
bahía peruana del Callao, durante los gobiernos de los virreyes José Antonio
Manzo de Velasco y Manuel de Amat y Juniet, para defender el puerto contra los
ataques de piratas y corsarios. Es una de
las pocas obras de arquitectura militar que existen en el Perú y es la más
grande que construyeron los españoles en América. Fue conocida durante la
época virreinal, en conjunto con los fuertes “San Rafael” y “San Miguel”, como los
“Castillos del Callao”.
Su nombre
fue elegido en honor del rey Felipe V de la Casa de Borbón, que había fallecido
en 1746. Posteriormente fue renombrada por José de San Martín como el “Castillo
de la Independencia” al iniciarse la etapa republicana, retomando su nombre
original en 1925.
Tiene la
forma de un pentágono irregular ocupando un área de 70,000 metros
cuadrados, con un baluarte en cada uno de sus cinco vértices. Los baluartes
llevan el nombre del Rey; la Reina o la Patria; el Príncipe, Jonte o San Felipe;
la Princesa, la Tapia o San Carlos; y San José o la Natividad. Además de ellos
dispone de dos torreones: el Rey y la Reina (este último torreón mira hacia el
mar, en dirección oeste), así como cinco murallas: la del Camino Real, de la
Marina, Camino de Chucuito, la Marcelosa y la de Camino de la Magdalena. Posee
dos puertas: la Principal, que está en la muralla del Camino Real, y la del Perdón,
que está en la muralla Camino de Chucuito. En dirección norte desde la
fortaleza se hallaba el Fuerte San Miguel y al sur se encontraba el Fuerte San
Rafael.
La fachada principal tiene un frontón triangular.
Delante de ésta hay un puente levadizo simbólico precedido por dos garitas,
donde están los centinelas de la Guarnición.
El “Torreón del Rey” se halla en el
baluarte del mismo nombre. Cuenta con tres niveles, en dos de los cuales
hay plataformas con cañones. El interior era un búnker construido en forma de
laberinto, que poseía todo lo adecuado para resistir cualquier ataque. Un puente
levadizo completaba la seguridad, pues era el único acceso que poseía cada
torreón. Al igual que el torreón de la "Reina", el del
"Rey" fue modificado durante la Guerra del Pacífico, reemplazándose
los niveles superiores por dos plataformas para cañones giratorios.
El “Torreón
de la Reina”, ubicado en el baluarte homónimo, estaba equipado con depósitos de
municiones, provisiones y un pozo con agua. Posee un calabozo semicircular
en el que los detenidos permanecían de pie todo el tiempo.
La “Casa del
Gobernador” era el lugar de alojamiento del jefe militar de la plaza. Se
construyó en el baluarte de “San Carlos” y tenía tallados en su frontis los
escudos de los reyes de España. Hoy se exhiben allí objetos pertenecientes a
diferentes épocas militares, desde la incaica hasta la etapa republicana.
En la parte
baja del baluarte de “San Carlos” se construyeron cuatro “casamatas”,
destinadas inicialmente como almacenes pero que luego serían usadas como
prisiones. En uno de esas “casamatas” fue encerrado el predicador italiano
Francisco Penzotti, por proclamar el evangelio en el Perú, en medio del celo
católico.
Desde el año 2008, la fortaleza posee un Centro
de Convenciones, y cuenta con un auditorio con capacidad para 1,500 asistentes,
además de una sala de prensa, restaurantes y stands para la venta de artesanías.
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